Carta a mi hija de 3 años
No puedo creer lo rápido que ha pasado el tiempo. Parece mentira que ya son 3 años juntas. Todas esas veces que me dijeron que el tiempo pasa volando y que no pasa más lento por más que lo deseemos con todas nuestras fuerzas, estaban en lo cierto.
Mi corazón se arruga como pasita de solo pensar en lo grande y pesada que estas. Cada vez se me hace más difícil cargarte por tiempos largos. Mis brazos tiemblan, mis piernas van más lento ¿y si ese momento en el que te baje para no volverte a cargar esta cerca? ¿y si pronto mis brazos ya no dan para pasearte antes de dormir? ¿cuanto tiempo más tendré tus piernitas colgando a mi lado? Desde que tengo memoria mis brazos han sido tu lugar favorito y espero que nos quede mucho tiempo más con estas rutinas.
Pero no quiero que esta sea una carta llena de mi nostalgia por lo grande que estas. Quiero que leas esto en un futuro y sepas de lo agradecida que estoy con la vida porque ya estas a mi lado 3 años. Pequeña hija...
Gracias por tu sonrisa, me recuerda lo simple que es la vida y lo fácil que es ser feliz (somos los adultos y nuestros problemas los que tenemos dificultad para verlo así)
Gracias por los ojos con los que ves el mundo, me haces realmente apreciar todo lo que me rodea, hasta los caracoles que descansan sobre las hojas.
Gracias por tus berrinches, porque dejame decirte que con ellas he desarrollado a más no poder mi paciencia, empatía y amor purito.
Gracias por esa emoción loca que botas por los poros cada vez que aprendes algo nuevo, a veces podemos creer que con lo que sabemos es suficiente, pero siempre hay algo ahí afuera por aprender.
Gracias por ser mi compañera ideal e ir sacando siempre la mejor versión de mi misma. Espero hacer lo mismo contigo.
En resumen, de verdad, muchas gracias por elegirme como tu mamá porque cuando naciste tú, también nací yo.
Nunca olvides que TÚ eres capaz de lograr todo lo que te propongas y más. Que ser mujer nunca te de miedo o te haga sentir menos. Alza tu voz todas las veces que sea necesario. Sigue con ese corazón tan hermoso que tienes ahora. Sigue siendo auténtica y cree en ti. Eres luz, mi pequeña loquíbiris.
Te ama hasta el infinito (o la calle, como dirías tu),
Mami Ljuvi
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